¿Sabía usted que 7 de cada 10 amputaciones de pierna que se realizan se hacen en pacientes diabéticos? El pie diabético constituye la primera causa de amputaciones de extremidades inferiores, ya que la diabetes es un problema de salud pública a nivel mundial, y el pie diabético una de sus complicaciones crónicas. Según Medicina TV, es una cirugía que se podría evitar en más del 80% de los casos con unas medidas preventivas. Además, Puerto Rico es de los países con mayor tasa de mortalidad por diabetes en el mundo.
En ocasiones, es necesario realizar una reamputación, que es cuando el paciente necesita una nueva sección ó sea, ya sea dentro del mismo nivel de amputación o en un área cercana. Uno de los casos que más frecuentemente nos obligan a realizar una reamputación es la infección. Los pacientes que se someten a una amputación pueden tener una probabilidad de 30% de someterse a una reamputación en un plazo de 5 años (Podriatry Today). Es por eso que es importante conocer las causas y las maneras de cuidarse para prevenir una amputación y/o una reamputación causado por pie diabético.
El pie diabético, como complicación vascular de la diabetes que aparece frecuentemente en los pacientes que han padecido de la enfermedad por más de diez años, puede tener sus propias complicaciones. Según un estudio realizado por el Hospital Docente Enrique Cabrera, estas complicaciones pueden aparecen con mayor frecuencia en personas mayores de 60 años. Esto quiere decir que aumenta el riesgo de amputaciones y reamputaciones de uno o ambos miembros inferiores. Las características relacionadas con la necesidad de reamputación son: la edad, el tiempo de evolución de la diabetes, y el tamaño del área infectada.
Además de saber las causas de la amputación y la reamputación, es importante estar consciente de que hay maneras de prevenirlas. Algunas medidas preventivas fundamentales que ayudarían a reducir las amputaciones y reamputaciones son: los auto cuidados correctos del propio paciente, la detección temprana de las complicaciones y las revisiones periódicas con el podólogo o el doctor adecuado.
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